República Dominicana tiene que crear incentivos para atraer producciones de cine internacionales y generar divisas República Dominicana Sto. Dgo., sábado 11 de noviembre del 2006
En un panel sobre "El desarrollo de la industria del cine en Repùblica Dominicana", celebrado este sábado 11 en FUNGLODE, en el marco del Festival Global de Cine Dominicano, se puso de manifiesto la competencia que hay entre muchos países por convertirse en escenarios de filmaciones.
Para atraer producciones de películas y desarrollar una próspera industria del cine, República Dominicana tiene que crear incentivos, además de un marco legal, capacitar personal a gran escala y concienciar a la población sobre las ventajas que se derivan de convertir el país en escenario frencuente de filmaciones.
Las afirmaciones se hicieron en el panel sobre la "El desarrollo de la industria del cine en República Dominicana", que celebró este sábado 11 la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) y su filial de Estados Unidos Global Foundation Democracy and Development (GFDD), en el marco del Festival Global de Cine Dominicano
Natasha Despotovic, directora del festival y directora ejecutiva de GFDD, moderó el panel en el que participaron el director del Centro de Exportaciones e Importaciones (CEI), Eddy Martínez; el director Nacional de Cine, Arturo Rodríguez; el consultor para la elaboración de la Ley de Cine, Gonzalo Castellanos; Isabel
Hill, ex comisionada de cinematografía del Carolina del Sur, Sandra Condito, dominicana productora de cine en Estados Unidos, y Nina
Sthraich, directora del Festival Global para la Paz, de la Florida. Previo al almuerzo, los panelistas y varios cineastas dominicanos sostuvieron una almuerzo de trabajo con el presidente Leonel Fernández.
Eddy Martínez fue el primero en participar ponderando el potencial que tiene el país para desarrollar una industria del cine, tanto por la diversidad de su paisaje, que abarca playas, montañas, zonas desérticas, como por la capacitación de recursos humanos que se está logrando y las iniciativas oficiales que buscan crear las condiciones legales y económicas para impulsar la actividad.
El funcionario subrayó el significado económico que tiene para un país convertirse en escenario de filmaciones debido a la gran cantidad de empleos fijos y no permanentes que propicia, a lo que se añaden generaciones de ingresos a través de los servicios que demanda la presencia de equipos de filmaciones, en los que se incluyen los servicios de alimentación, hospedaje y transporte.
El director del CEI indicó que más del 50 de las producciones cinematográficas de Estados Unidos realizan parte de su proceso de realización fuera de territorio estadounidense, lo que se convierte en una posibilidad de negocio para los países que buscan convertirse en lugares de filmación continuos.
Resaltó la competencia feroz que libran actualmente muchos países para atraer a productores de películas a sus territorios, resaltando que para ello ofrecen paquetes de incentivos muy diversos. El caso de Nuevo Méjico lo subrayó por el hecho de que ese Estado norteamericano pasó de generar US$300 mil al año, a producir US$600 millones.
Martínez se refirió a los esfuerzos que se hacen para desarrollar la industria con programas sostenidos de formación como los que ofrece FUNGLODE, donde ya se han formado màs de 150 jóvenes que han cursado diferentes programas que forman parte de las fases de la realización cinematográfica.
Indicó que en el Parque Cibernético se están instalando empresas del sector que hacen trabajos de diferentes escalas del proceso de producción .
Isabel Hill, contratada por el gobernador del estado de Carolina del Sur para desarrollar la industria del cine, compartió su experiencia, resaltante por el hecho de que fruto de su gestión el territorio se ha convertido en una escenario frecuente de filmaciones en el que la generación de ingresos millonarios se multiplica sistemáticamente, con un impacto descomunal en la economía.
Explicó que cuando se inició el trabajo se tenía claro que había que buscar una forma de generar recursos en zonas rurales que no se beneficiaban del desarrollo industrial, además de fomentar la cultura.
Hill dijo que los dominicanos deben tener muy claro los objetivos que se proponen si quieren incursionar en el desarrollo de la industria del cine atrayendo productores internacionales.
Apuntó que uno de los primeros pasos que dieron fue crear un manual de producción, una especie de guía, en el que están detallados todos los recursos con que cuenta el territorio, de manera que los que lo visitan con interés de filmar ya tengan un documento con toda la información posible y no estén obligados a recorrer cada palmo para enterarse de qué hay allí.
Al referirse a los incentivos, resaltó que 30 estados de Estados Unidos han creado incentivos para atraer a los productores cinematográficos.
Expresó que el sector privado, de común acuerdo con el Gobierno, es quien debe impulsar el sector, porque la empresa demanda anular todo conflictos de intereses para que prospere.
Nina Sthairch insistió en afirmar que es muy importante que cuando un productor va a un país salga de él hablando muy bien, porque entonces, de lo contrario, se convierte en un propagandista negativo de éste, y eso hace mucho daño en una industria como la del cine.
Puso de manifiesto que los productores independientes son los que mueven el gran dinero, porque no puede hacer grandes inversiones moviendo estrellas de cine y recurren a los recursos humanos locales para realizar sus proyectos.
Con esa necesidad, indicó, atraerlos demanda desarrollar los talentos locales a todos los niveles para que los servicios que se esperan de ellos llenen las expectativas. La fama que generen esas personas son vitales, según explicó para garantizar que un país se convierta en escenario frecuente de filmaciones.
También subrayó que hay que involucrar a la comunidad y crearle conciencia de que cuando se filma en sus espacios, eso que resulta incómodo es un beneficio para ellos, que se traduce en ventajas económicas.
Sandra Condito habló emocionada de lo que ha visto durante su estadía en el país en lo que concierne al mundo del cine. Ponderó el talento que encontró en los estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y de la Pontifica Universidad Católica Madre y Maestra.
Y manifestó que a través de FUNGLODE traerá a partir del año próximo a cineastas de Hollywood para que vengan al país a enseñar lo que saben sobre cine y también a ver el territorio como una potencial locación.
La productora, que trabaja con el director de origen mexicano Robert Rodríguez, resaltó su entusiasmo por las iniciativas que se llevan a cabo en el país para desarrollar la industria del cine.
Gonzalo Castellanos a las diferentes propuestas impositivas que se están evaluando para que formen parte de la Ley de Cine, en cuya redacción trabajo en calidad de consultar.
Explicó que se quiere rescatar los gravámenes que se aplican a las boletas de cine para especializarlos en el fomento del sector, a la vez que se establecen incentivos para impulsar las proyecciones a nivel nacional con un mayor número de salas de exhibición y otras iniciativas que buscan atraer inversionistas a la actividad.
El especialista, que elaboró la ley de Cine de Colombia, resaltó los ejemplos que hay ya en América Latina sobre como un marco legal que establece incentivos y da facilidades aduanales y arancelarias a productores locales y foráneos provoca en forma inmediata un resultado positivo, multiplicando las producciones y con ello la generación de recursos.
Arturo Rodríguez cerró el ciclo de exposiciones destacando el importante paso que dio el gobierno que encabeza Leonel Fernández con la creación de la Dirección Nacional de Cine.
Aunque reconoció que en principio no tenía ni siquiera un local para funcionar, destacó los pasos de avance que se han dado, a la par que como por arte de magia, fueron llegando al país productores importantes con filmes trascendentales (como El Buen Pastor, Miami Vice y La Ciudad Perdida).
El crítico de cine corroboró las opiniones vertidas sobre el tema de los incentivos, la formación de los recursos humanos y los marcos legales para impulsar el sector.
Resaltó a sin una legislación a mano, la intervención del presidente Fernández fue vital para que los productores de las citadas películas pudieran hacer su trabajo sin inconvenientes y propiciar que otros vengan al país a hacer lo mismo.
Dijo que ahora están a la espera de la Ley de Cine para comenzar a aplicar todas ideas bien definidas que se tienen para convertir al país en una gran locación.
Eddy Martínez fue el primero en participar ponderando el potencial que tiene el país para desarrollar una industria del cine, tanto por la diversidad de su paisaje, que abarca playas, montañas, zonas desérticas, como por la capacitación de recursos humanos que se está logrando y las iniciativas oficiales que buscan crear las condiciones legales y económicas para impulsar la actividad.
Sandra Condito habló emocionada de lo que ha visto durante su estadía en el país en lo que concierne al mundo del cine. Ponderó el talento que encontró en los estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y de la Pontifica Universidad Católica Madre y Maestra.
Arturo Rodríguez cerró el ciclo de exposiciones destacando el importante paso que dio el gobierno que encabeza Leonel Fernández con la creación de la Dirección Nacional de Cine.
Aunque reconoció que en principio no tenía ni siquiera un local para funcionar, destacó los pasos de avance que se han dado, a la par que como por arte de magia, fueron llegando al país productores importantes con filmes trascendentales (como El Buen Pastor, Miami Vice y La Ciudad Perdida).
