Taller de actuación
con Juan Fernández: “Un actor no debe ser un sufrido”
Santo Domingo, 20 de noviembre de 2008
El auditorio de la Fundación Global fue el escenario del
taller de actuación en español impartido por el actor
dominicano, Juan Fernández. Una charla de tres horas, un
intercambio de experiencias de alguien que lleva ya varias
décadas en la meca del cine, en Hollywood, y que acercó su
vivencia a casi medio centenar de personas. Un público que
escuchó con atención y que participó de manera muy activa a
lo largo de toda la cita.
Juan Fernández, colocando varias sillas en el escenario
frente al público, arrancó el encuentro preguntando si alguien
sabía cuáles eran las necesidades humanas. Primer paso para
crear una interacción con los presentes y uno de los primeros
detalles sobre los que se versó su disertación. Y no faltó
alguien que respondió que esas necesidades son la salud, el
dinero y el amor.
“Nada que ver si estamos hablando de las necesidades que
siente un actor. Desear, atraer, acusar, destruir, seducir, amar,
revelar. Eso es lo que necesita un actor”, sentenció.
Delante de unas sillas vacías, definidas por él mismo como
elementos en los que se puede haceer un buen y necesario
ejercicio interior, Fernández repasó algunos de sus momentos de
su carrera sin olvidar que en la actualidad está interpretando
el papel del dictador Trujillo en la película Trópico de
Sangre (cada noche dedica 40 minutos a lavarse el pelo y la
cara para poder quitarse el personaje. Y poder dormir. Hay
noches que no puede). No dejó de lado esa defensa de las
emociones como parte importante en cualquier actor ante
cualquier reto al que se enfrente. “Si uno busca hacerse rico,
famoso y que lo glorifiquen, con eso no se es buen actor”,
añadió.
Y lo dice comentando el momento personal y profesional en el
que se encuentra, en el que prima la madurez y la tranquilidad.
Todo ello sin dejar de sentir miedo o nervios ante cualquier
proyecto. “Lo interesante es saber aprovechar ese miedo y
hacerlo un aliado, nunca un enemigo”. Y el público insiste en
preguntar por el método, en saber detalles muy centrados en su
carrera profesional, en pedir más información sobre cómo se
enfrenta uno a emociones que no ha vivido en persona y que debe
reflejarlas en un personaje.
Juan Fernández no duda en pararse, moverse, hacer aspavientos,
similar que abre una puerta, coquetear, reir. El actor es
manipulador, dijo a los pocos minutos de comenzar. Nos lleva por
su camino a todos los presentes. Más cuando afirma que si él
fuera presidente de la República obligaría que todos los
cuidadanos tomaran clases de actuación. Y que quede claro, “la
idea de que para ser artista, uno debe ser un sufrido, no es
cierto”.
El taller de actuación se desarrolla como parte de todas las
actividades del II Festival de Cine Global.
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