En una jugada magistral, de Raoul Peck afirma que Moloch de Alexander Sokurov es suyo poniendo a la punzante crítica del poder absoluto dentro de los muros aislados del magnífico castillo de la Ciudadela, un símbolo de la independencia de Haití en la cima de una montaña en las afueras de la ciudad, al norte de Port-au-Príncipe en Haití.
Hay tensión por todas partes, el Presidente Jean de Dieu que se perfila a sí mismo como un monarca imperial, tiembla de manera paranoica dentro del enorme castillo, tan aislado y frágil como un demente de Shakespeare. Obsesionado por igual con lo que la televisión le reporta y con el hermoso cuerpo de su nueva criada, el Presidente democráticamente elegido hace cumplir las reglas con un terror errático que le es común a muchos déspotas.
El Moloch Tropical de Peck es un relato poético de cómo el poder, la corrupción y la mentira pueden desintegrar la vida y el alma. No hay una película que pueda representar la situación política del Caribe como lo hace MOLOCH TROPICAL. Es una película importante y conmovedora que muestra todos los caminos equivocados que un político puede tomar, mientras expone a la política haitiana y la forma en que falla al no representar a su pueblo.
MOLOCH TROPICAL ha recibido la aclamación de la crítica en todos los grandes festivales internacionales de cine como el de Toronto y el de Berlín.
Nacido en Haití, creció en Zaire (Congo) y en Francia, además, está preparado para el seguimiento internacional que ha ganado. Sigue siendo uno de los pocos cineastas que produce con éxito tanto documentales como largometrajes. Sin duda, sus primeros viajes por todo el mundo han formado su característica estética, como cineasta. Educado en Haití, Zaire (Congo), Francia y Alemania, Peck inicialmente estudió ingeniería y economía en la Universidad de Berlín. Trabajó como periodista y fotógrafo de 1980 a 1985. En 1988 recibió su título de cineasta de la Academia de Cine y Televisión de Berlín. Desde su graduación, Peck ha desarrollado cortometrajes experimentales, documentales socio-políticos, y largometrajes basados tanto en hechos reales como en ficción. Su película L'Homme sur les quais (1993) (The Man by the Shore) fue la primera película haitiana en ser estrenada en salas de cine en los Estados Unidos, esta película también fue seleccionada para competir en el Festival de Cine de Cannes en 1993. Un auténtico internacionalista, Peck divide su tiempo entre Europa y los Estados Unidos, y brevemente en la década de 1990 se desempeñó como Ministro de Cultura de Haití. Ha sido recompensado con creces por su visión internacional, su comprensión histórica y política, junto con su poderosa visión artística. En 1994 fue galardonado con el Premio Néstor Almendros por la Human Rights Watch en Nueva York, y en 2001 recibió el Lifetime Achievement Award de dicha organización.